El Alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, ha visitado esta mañana, en Trubia, la placa de Eudoxia León Muñiz, fundadora de Industria Doy, que da nombre a la plaza en la que confluyen las calles Aranjuez y la Avenida Soto Mayor en Trubia. «Una mujer inteligente, trabajadora y valiente», ha indicado el regidor, «que merecía éste y otros mil homenajes debido a su gran labor que quedó oculta por la sociedad de la época».
La plaza, repleta de familiares, se ha convertido en escenario de celebración para recordar a Eudoxia, conocida cariñosamente por todos sus allegados como «DOY». Misael Morate, uno de sus nietos, tomaba la palabra para agradecer «que el Alcalde de Oviedo haya tenido a bien la inciativa presentada por los descendientes» para recordarla «como un modelo de mujer pionera industrial de la minería asturiana y ayudar a que su nombre y su ejemplo se perpetúe».
Morate ha recordado que «Eudoxia León nació en 1898 en La Rebollada, se casó con el ginecólogo Don Manuel Morate y tuvo 6 hijos. Fue a la escuela hasta los 12 años e inmediatamente su padre Celestino León la puso a trabajar en una tienda de ultramarinos, Parece ser que la niña era muy espabilada, lista como ella sola y lo demás es historia (…) Dió comienzo a su espíritu emprendedor con la explotación de la mina de carbón «El Salvador», en Quirós, en 1931. Tuvo a su nombre más de 20 concesiones de explotaciones mineras; el lavadero decarbón «El Xagarín» y pronto decidió que ese carbón que venía de la explotación de las minas de Quirós y pasaba por el lavadero del Xagarín debería llegar en vagones hasta Trubia para obtener del mismo el preciado «Cok», así como otros derivados del carbón, desde alquitranes a naftalinas, muchos de los productos indispensables en la industria siderometalúrgica. De esta manera, en 1948 fundó Industrias DOY, su gran obra, con la herencia de su padre y un préstamo bancario. Industrias DOY es una empresa productora de Cok para la fundición metalúrgica y derivados, y que tras su fallecimiento fue gestionada y engrandecida por sus propios hijos, siendo una gran benefactora de Trubia, dando trabajo a cientos de familias durante los años 50 y en adelante, empresa que hoy en día, 80 años después, continúa en funcionamiento, bajo una nueva dirección».
Morate ha solicitado a los presentes imaginar por un momento el arduo trabajo que pudo suponer para su abuela hacerse un hueco como empresaria en el sector de la industria minera o siderometalúrgica: «pongámonos, por un momento, en la industria minera asturiana de los años 1940 y 1950, e imaginemos una mujer pequeña y fuerte, envuelta en tamaña empresa, bajando a la mina e impartiendo órdenes a unos y otros, mineros, capataces y encargados y tomando decisiones empresariales de importantísimo calado en un momento de la historia en la que la mujer ni siquiera podría firmar, siendo su marido, D. Manuel Morate, de profesión ginecólogo, quien la apoyaba y firmaba en su nombre».