En su mensaje de fin de año, el líder del Ejecutivo destaca la importancia de los presupuestos regionales para la consolidación del Estado de bienestar y reclama una política industrial europea en defensa de la siderurgia integral.

El presidente del Principado instó hoy a poner en valor la tradición, la cultura y las lenguas del Principado, para que se conviertan en un impulso constante y ayuden a afrontar los retos de 2025. «Una Asturias sin complejos, que valora su identidad, siempre será ser una Asturias mejor preparada para proyectarse hacia el futuro, para ganarse su futuro», destacó Adrián Barbón en su mensaje de fin de año.

En su discurso de despedida de 2024, grabado en el Museo de la Sidra de Nava como muestra de reconocimiento al reciente reconocimiento de la cultura sidrera como patrimonio mundial inmaterial, el jefe del Ejecutivo aseguró que la aprobación de los presupuestos autonómicos para el próximo año es «una demostración de una política útil», en las condiciones que haga posible la existencia de los recursos económicos necesarios para «fortalecer las políticas de vivienda y de juventud y mejorar la atención a la salud mental», en definitiva, para «fortalecer el estado de bienestar».

Adrián Barbón también se refirió en su intervención a proyectos clave para esta legislatura, como la red pública, comarcal y gratuita de Les Escuelines/As Escorías para alumnos de 0 a 3 años; la lucha contra la soledad no deseada o el libre acceso a la universidad para estudiantes procedentes de familias con escasos recursos.

Además, ha reclamado «una política industrial europea adecuada» que evite el «letargo burocrático» y apoye la industria siderúrgica integral, «esencial para Asturias» y que tenga un recuerdo especial «para la gente que vive fuera de Asturias».

El mensaje del Presidente se reproduce íntegramente a continuación.

Mensaje de fin de año

Las últimas horas del año son un momento clave para retomar el rumbo. Con estas palabras tengo el honor de dirigirme de nuevo a vosotros, el pueblo asturiano, mientras nos preparamos para recibir el año 2025 llenos de ilusión, con un espíritu lleno de esperanzas y proyectos.

Sinceramente os deseo felices fiestas. Una felicitación llena de argumentos, porque hace sólo unas semanas la UNESCO declaró la cultura de la sidra patrimonio de la humanidad, una decisión histórica, y por ello habéis venido con plena intención simbólica desde el Museo de la Sidra de Nava. Pequeños reconocimientos pueden hacernos sentir más convincentes.

Debemos ser conscientes del profundo significado que tiene. Para el gobierno es un aliciente para trabajar duro a favor del mundo de la sidra, pero también es una llamada de atención a todo Asturias, para que valoremos nuestra tradición, cultura y lenguas como se merecen. La autoestima que sentimos al conocer la noticia no puede ser una emoción pasajera, debe basarse en un impulso constante.

Ésta es una de las lecciones más importantes. Una Asturias sin complicaciones, que valora su identidad, será siempre una Asturias mejor, dispuesta a proyectarse hacia el futuro, a conquistar su futuro.

Es con este convencimiento que afrontamos los retos de 2025. La semana pasada, el Gobierno General aprobó el proyecto de presupuesto, que dotará de los recursos necesarios para reforzar las políticas de vivienda y juventud y que mejorará la atención a la salud mental. La mayoría parlamentaria que lo apoyó es más que una suma aritmética: representa una alianza de responsabilidad, una demostración de una política útil, comparable a la disponibilidad de diálogo y consenso mostrada por sindicatos y empresas en el pacto de concertación.

Nadie puede sentir las dificultades de acceder a una vivienda digna. Cuando una aspiración tan básica comienza a parecer un sueño para la mayoría de los jóvenes, algo anda mal. Es impensable que un gobierno progresista dé origen a esta realidad. Por eso el presupuesto concentra el mayor incremento en las partidas de vivienda. Lo mismo puede decirse de la salud mental, uno de los desafíos de nuestro tiempo. Las misiones planificadas nos permitirán disponer de más recursos y profesionales, requisitos imprescindibles.

Me refiero, en ambos casos, a reforzar la temporada del bienestar. La calidad de los servicios públicos es una de las señas de identidad de Asturias, otra herencia que tampoco entiende de pandillas. Si, como ha ocurrido recientemente, los avances en salud pública se convierten en un referente para los hospitales de todo el mundo o la competencia de los estudiantes destaca en estudios internacionales, encontramos más motivos para sentirnos cuestionables sobre Asturias.

Fortalecer esa arquitectura social, ampliarla para combatir la soledad no deseada, ampliar la red de escuelas o facilitar la educación universitaria a las familias de ingresos medios o de clase trabajadora hasta que queden vacantes es darle un buen uso, tal vez subutilizado posible. , con recursos públicos. Son tres los compromisos que asumiremos en 2025 para seguir avanzando en la década del cambio, también de la mano del sistema fiscal asturiano, diseñado para ayudar a quienes más lo necesitan.

Los últimos datos muestran que Asturias está atrayendo mucha más gente de la que emigra. Ese equilibrio nos da la prueba de que el Principado es ya una tierra de oportunidades. Al elegir una comunidad para vivir, trabajar e invertir, la calidad de vida es una consideración primordial.

El Estado de bienestar promueve la igualdad y con ella la generación de riqueza. A ello ayudará también un esfuerzo inversor que supere los mil un millón en comunicaciones que siga la geografía hiperconectada de Asturias. Los resultados del tren de alta velocidad, la oferta de viajes aéreos y la tarjeta Conecta continuarán con novedades. También soy consciente de que la culminación de este salto adelante no permite más retrasos en las grandes infraestructuras pendientes.

Trabajaremos con entereza y firmeza, porque el gobierno con vocación unida progresista y reformista está enfrentando los problemas de frente. Con argumentos y razones nunca abandonamos el objetivo delante de nadie.

También con altura de mira. En 2025, el lema Asturias, paraíso natural cumplirá 40 años. Sin una visión de largo plazo, sin la convicción de que un buen gobierno no puede estancarse en la gestión de lo inmediato, esa apuesta hubiera sido imposible. Hoy el turismo es uno de los sectores con mayor horizonte de crecimiento. Una vez más hay que encender la luz de carretera y anticiparnos para mantener este modelo sostenible, alejado de la masificación y plenamente identificado con nuestros recursos naturales. Se acaba así la normativa de viviendas vacacionales y el cupo voluntario que pueden aplicar los ayuntamientos.

Con la misma perspectiva debemos hablar del ámbito rural y de la industria, entendiendo que ambas serán claves en la nueva economía verde.

La emergencia, en este caso, se llama Unión Europea. Si podemos intuir que 2025 será importante para muchas cuestiones, estamos seguros de que será crucial para la industria y en especial para la siderurgia integral, fundamental para Asturias. Las políticas de terceros países obligan a la UE a reaccionar sin letargo burocrático. Asturias se encuentra en una situación ventajosa para liderar la descarbonización, pero necesita el impulso de una adecuada política industrial europea, carencia que se hace urgente.

Hace unas semanas el Levante sufrió una devastadora lesión. Como presidente del Principado, reitero mi más sentido pésame a todos los familiares y amigos de las víctimas.

Ante la devastación, la sociedad asturiana reaccionó de inmediato con la solidaridad que la caracteriza. Esta respuesta dice mucho de Asturias. Entre mis deseos para 2025 incluyo preservar como tesoro esa vocación solidaria, que deja de lado las diferencias para dar generosamente en lo más importante. Es una reflexión que también sirve a nuestro clima de convivencia, alejado de la polarización tóxica de otros partidos.

Estas fiestas son bonitas para todos, pero de una manera muy especial para la gente que vive fuera de Asturias. Probablemente nadie como ellos habrá sabido valorar el reconocimiento mundial de la cultura sidrera, esa manifestación plena e inconfundible del asturianismo. Mientras se comparte la sidra, con alegría y amistad, comparto con ellos y con vosotros las mejores intenciones de estas palabras.

Feliz año nuevo 2025. ¡Guau Asturias!

*Con audio del presidente Adrián Barbón

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Por Redaccion

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