Dedica su premio a «algunos» directores con los que las mujeres trabajaban en el cine
La actriz Aitana Sánchez-Gijón, quien recibió el honor de Goya en la 39 edición de los Premios, que tuvo lugar el sábado en el Palacio de Congresos de Granada, aseguró que es necesario tener «miedo» a la limpieza étnica y a los «nuevos imperialismos».
«Como dijo nuestra querida Marisa Paredes en una gala de los Goya, no debemos temer a la cultura, debemos temer a la ignorancia, la indiferencia, las mentiras, el fanatismo y la violencia. Necesitas tener miedo a la guerra. Y me gustaría agregar, y creo que Marisa estaría de acuerdo conmigo, que debes tener miedo de los nuevos imperialismos y la limpieza étnica», añadió Sánchez-Gijón.
La actriz, que fue presidenta de la academia de cine antes de cumplir 30 años, dedicó el premio, entre otros, a los únicos cuatro directores de mujeres con los que ha trabajado a lo largo de su carrera, celebrando que cada vez hay más en el cine.
«De los más de 40 directores con los que he tenido la suerte de trabajar, quiero mencionar a los únicos cuatro: a Patricia Ferreira, quien nos dejó hace más de un año y fue una de las pioneras que se pusieron detrás de la cámara para contar sus propias historias cuando las mujeres eran prácticamente invisibles», dijo Sánchez-Gijón.
Sánchez-Gijón recibió el «Cabezón» de manos de una emocionada Maribel Verdú, quien le ofreció un largo abrazo y le rindió homenaje por sus actuaciones a lo largo de los años en películas como «Celos» o «Yerma». Los asistentes aplaudieron durante casi dos minutos.
La actriz también dedicó su Goya a los actores que, a pesar de luchar «contra viento y marea», siguen en la profesión de la que se siente agradecida de formar parte.
«Recuerdo con temblores las primeras líneas que pronuncié entre cajas a los 12 años, en el teatro de mis maestros Alicia Hermida. Con ella representamos a Federico García Lorca aquí, en Granada, por lo que mis inicios están poéticamente ligados a esta tierra. Fue en ese momento cuando empecé de esta manera en la que mi principal y constante escuela fue impulsada por su vocación», reiteró.
Por lo tanto, el Goya de Honor, que estaba muy contenta de recibir compartiendo con Richard Gere el Goya internacional – «El amor» de su vida, con el permiso de su esposa, concluyó el intercambio con su madre, quien estaba presente en el auditorio.