La campaña europea de sensibilización Blue Expedition ha llegado al puerto de Avilés con el objetivo de combatir la invasión de plásticos en los océanos. Durante su estancia, se llevará a cabo un programa de actividades gratuitas dirigidas a escolares, familias, ciudadanos y profesionales del ámbito marítimo.
El Mater, un antiguo barco bonitero reconvertido en museo ecoactivo y centro de educación ambiental, es el centro de esta iniciativa. Tras zarpar de Pasaia y hacer escala en Santander, el Mater se encuentra ahora en Avilés, ofreciendo talleres, visitas guiadas, recogidas de residuos marinos, actividades artísticas con plásticos y una exposición interactiva.
Entre las actividades programadas se encuentra la exposición «Cuidando el mar para cuidar la vida», talleres escolares con la participación de más de 400 alumnos de nueve centros educativos, visitas guiadas al barco y talleres familiares bajo el título «Somos Guardamares».
Además, se llevará a cabo una mesa redonda titulada «Un mar de soluciones: Asturias frente a los plásticos marinos», una salida al mar para eliminar plásticos (si las condiciones lo permiten), una recogida y caracterización de residuos en la playa de Xagó, una creación artística con residuos marinos y la lectura del Compromiso Blue Ambassadors para cerrar la escala.
Esta expedición forma parte del proyecto europeo Interreg Blue Point, en el que participa el Gobierno de Asturias. Con más de 3,3 millones de financiación procedente de fondos comunitarios y aportaciones de los socios, el proyecto tiene como objetivo analizar la cadena de valor del plástico marino e identificar nuevas oportunidades económicas sostenibles derivadas de su gestión.
El proyecto promueve la cooperación entre cuatro regiones atlánticas (España, Francia, Irlanda y Portugal) y cuenta con la participación de administraciones públicas, universidades, centros de investigación y empresas privadas. En España, la iniciativa está liderada por la Diputación Foral de Gipuzkoa, con la colaboración del Principado, Asata, Sodercan y MIK de la Corporación Mondragón.
FUENTE
