El trabajo, elaborado en colaboración con los ejecutivos de Galicia, Cantabria y Castilla y León, confirma la buena evolución de la especie, que no justifica un régimen especial de protección.

El Gobierno de Asturias elaboró, en colaboración con los ejecutivos de Galicia, Cantabria y Castilla y León, un estudio detallado que refleja la evolución positiva de la población de lobos en el noroeste. Esta actividad conjunta pretende conseguir que la situación de la especie en España vuelva a considerarse favorable para la elaboración del informe sexenal 2019-2024.

El principado proporcionó no sólo la información necesaria para este informe, sino también un análisis exhaustivo que incluye datos adicionales sobre el estado de conservación de la especie, la viabilidad de la población y la conexión ecológica del lobo en la comunidad. Este enfoque tiene como objetivo fortalecer el marco técnico y científico que respalda la gestión de la especie.

El lobo ocupa actualmente el 83% del territorio asturiano y está vinculado al de las autonomías vecinas. El hábitat, que cubre una superficie de 8.300 kilómetros cuadrados, asegura la durabilidad de la especie y garantiza su estado de conservación favorable.

Los datos de los últimos seis años reflejan una mejora significativa de los indicadores respecto al periodo 2007-2020. Asturias cuenta actualmente con 45 ganaderías, de las cuales 42 son ganaderías. Por lo que la población estimada está entre 360 y 405 individuos. Esta cantidad supone un aumento del 18,4% respecto a los datos del periodo 2013-2018 y refuerza la tendencia de expansión de la especie.

Asturias cree que la decisión de cambiar el estatus del lobo a desfavorable en el informe anterior generó consecuencias negativas. La suspensión de acciones de manejo ha incrementado los conflictos relacionados con la especie, como ataques de animales y una mayor sensación de inseguridad entre los pobladores rurales. Estas circunstancias han dañado la percepción social sobre este animal y la vida silvestre en general, alimentando un aumento de las prácticas de caza furtiva. Este tipo de acciones, muchas veces indiscriminadas, como el uso de trampas y venenos, no sólo afectan al lobo, sino que también ponen en peligro a otras especies protegidas que comparten su mismo hábitat.

Asturias, Galicia, Cantabria y Castilla y León concentran la gran mayoría de la población de lobos de España. Considerando la buena evolución de la especie, los gobiernos de todas estas comunidades defienden su exclusión del régimen de protección especial.

Los datos del estudio permiten considerar que la especie se encuentra en un estado favorable. Ante esta situación, el Gobierno del Principado es partidario de retomar la aplicación del plan de gestión, que garantiza criterios técnicos y sostenibles. Su enfoque, similar al de otros países europeos, permite armonizar la conservación del lobo con la actividad zootécnica y el desarrollo del medio rural.

El Gobierno de Asturias entiende que es fundamental mantener este equilibrio, garantizando que el lobo siga siendo un elemento clave del patrimonio natural sin afectar a la sostenibilidad de las comunidades rurales. Los resultados positivos de los últimos seis años avalan la viabilidad de este modelo de gestión que combina ciencia, conservación y desarrollo rural.

*Contiene un archivo de audio del Director General de Planificación Agraria, Marcos da Rocha.

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Por Redaccion

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