España ha dado prioridad a la protección del suelo y la reducción de la erosión, pero las prácticas de biodiversidad se han implementado de manera limitada.
Las medidas «ecológicas» introducidas en la última política agraria común (PAC) de la Unión Europea (UE) no han alcanzado su máximo potencial, según Birdlife Europe y Nabu.
Durante la investigación realizada en doce países de la UE en 2023, se observó que muchas tierras agrícolas no estaban adoptando las medidas «ecológicas» propuestas.
Se destacó la falta de monitoreo específico del ecosistema, lo que dificulta evaluar su efectividad para lograr objetivos de biodiversidad y identificar áreas de mejora.
Las barreras administrativas, la falta de promoción y los pagos poco atractivos han limitado la participación de los agricultores en esquemas de biodiversidad en muchos países.
La investigación señaló que las deficiencias en el diseño de los «régimenes ecológicos» han permitido la continuidad de prácticas poco beneficiosas para el medio ambiente.
En España, se ha priorizado la protección del suelo y la reducción de la erosión, con una mayor adopción en comparación con otras prácticas de biodiversidad.
Sin embargo, se ha criticado la baja implementación de las prácticas de biodiversidad concentradas, a pesar de estar incluidas en los «ecorregímenes».
Los agricultores deben adaptarse a espacios no productivos y reclasificar áreas restauradas para no perder la superficie subsidiada, lo que limita su flexibilidad.
Se destaca la necesidad de un diseño más eficiente del «ecorregimen» en España para mejorar la efectividad de las medidas de la PAC.
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